Alan Valderrabano
octubre 01, 2024Trazar metas es una práctica fundamental para las empresas, pues es la manera de visualizar el punto hacia dónde queremos llegar y empezar a establecer estrategias que nos pueden llevar ahí.
Contrario a lo que muchos pensarían al establecer las metas, este proceso inicia mediante el análisis de resultados anteriores, esto es evaluando el desempeño de la empresa y los resultados promedio que ha obtenido desglosando cada fuente por la que lo ha hecho.
Una vez haciendo esto, entonces podemos empezar a establecer metas, lo siguiente que habrá que hacer es definir las prioridades y normalmente esto va por áreas de la empresa.
Típicamente una empresa puede establecer objetivos en las siguientes áreas:
- Operaciones: Esto iría enfocado a la productividad y al uso de recursos.
- Satisfacción al cliente: esta también podría relacionarse a operaciones y está relacionada, como su nombre lo dice, en dar un mejor servicio al cliente.
- Crecimiento: Esta área puede ser engañosa, ya que muchos creerían que esto significaría ventas, y aunque es parte fundamental, no podemos asumir que es, o que únicamente es ventas.
- Finanzas: El uso de los recursos y manejo de los mismos puede también ser un área en la que una empresa quiere enfocarse, aunque típicamente metas en esta área serían para una empresa que ya tiene un camino recorrido y exitoso en el resto de las áreas, o bien su negocio central tiene que ver con cuestiones financieras.
- De equipo: En este caso se podría definir como otras áreas, por ejemplo, recursos humanos o administrativa, sin embargo como engloba ambas preferimos dejarla como equipo. Esta área comúnmente es la más abandonada de una empresa e irónicamente es la más importante. Metas de equipo podrían estar relacionadas a contrataciones más acertadas o a la satisfacción de los colaboradores. Los resultados de estas como tal no son tan inmediatos, sin embargo, pueden impactar fuertemente las áreas anteriormente mencionadas.
La manera adecuada de establecer metas es hacerlo con un esquema “SMART”
Un ejemplo de una meta SMART sería el siguiente:
- Mi empresa ha ido creciendo un 10% de manera anual, sin embargo hemos probado cosas para incrementarlo y no lo hemos logrado. Típicamente hemos contratado más vendedores y comprado bases de datos, sin embargo seguimos estancados con el 10%.
- Para el siguiente año el objetivo es crecer un 15% en los siguientes 12 meses, para lograrlo necesitamos obtener 15 clientes más, se los cuales obtendremos 10 de la manera que solíamos hacerlo anteriormente y el resto lo haremos a través de una estrategia de marketing que lanzaremos, para medir los avances lo haremos rastreando las visitas a nuestra página web, la cantidad de prospectos que obtendremos, reuniones de ventas agendadas y contratos firmados.
Como lo podemos ver la meta anterior inicia por los datos conseguidos anteriormente, después, plantea el escenario que se busca lograr siendo muy específico, se establece el plazo de tiempo, la manera de medirlo y formas adicionales de rastrear los números que sean relevantes, por último podemos ver que según los resultados anteriores, la meta parece bastante alcanzable.
Con esto podemos entender la importancia de trazar metas bien estructuradas para nuestra empresa y la manera adecuada de hacerlo, a continuación te compartimos un formato que podrá ayudarte a simplificar y trazar tus metas de manera concreta. Si quieres más información acerca de cómo implementar un plan de crecimiento para tu empresa, puedes visitar este enlace.
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